El arte rupestre se puede dividir en dos grandes grupos dependiendo de la técnica empleada para el registro de motivos sobre la roca:
Pictografías (pinturas rupestres). Una pictografía es un registro gráfico dibujado o pintado sobre una superficie de piedra con pigmentos.
Petroglifos (grabados rupestres). Un petroglifo es un dibujo grabado en una superficie de piedra mediante el rayado, la erosión o la percusión con un instrumento más duro y resistente que la roca del soporte.
Temas del arte rupestre
Las representaciones más abundantes son de animales, símbolos y seres humanos. Desafortunadamente su significado y utilidad es desconocido, pues de momento no se ha encontrado un código que ayude a interpretar estos registros y las teorías que se barajan no dejan de ser hipótesis.
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Pero volviendo las agujas del reloj más para atrás en el tiempo diremos que el arte rupestre se extendió durante tres periodos reconocidos en la historia del ser humano el paleolítico, el mesolítico y el neolítico. El primero que va desde aproximadamente dos millones antes de nuestra era y hasta el 10.000 A.C.; el siguiente se extiende entre el año 10.000 y el 7.000 A.C. y finalmente el neolítico que comprende los restantes tres mil años que siguen hasta nuestro tiempo.
En estos tiempos, el ser humano era nómade, es decir, vivía en diversos lugares, se trasladaba con frecuencia y le costaba establecerse en un solo lugar, el sedentarismo es más propio del ser humano de nuestra era.
En tanto, el ser humano para subsistir dependía de la caza y de la recolección de comida que hacía a su paso.
En el mesolítico esto empieza a cambiar…
Entre las más antiguas expresiones de arte rupestre se cuenta las pinturas de la Cueva de Altamira, en Santallina del Mar, Cantabria, España.
Respecto de la magnífica conservación que presentan muchas de estas piezas artísticas, aún a pesar de la erosión, se debe mencionar que es justamente por el soporte en el cual han sido pintadas el motivo de esa perduración a través del tiempo.
En tanto, la existencia de estas fabulosas creaciones demuestra a las claras que desde tiempos inmemoriales el ser humano estuvo involucrado y comprometido con el arte.
Ahora bien, en lo que respecta a la motivación nos encontramos con que en algunos casos las pinturas rupestres tienen una fuerte carga mágico-religiosa, utilizándoselas con la única razón de ser la antesala de una caza exitosa. Cuando se trata de este tipo de situación, es común que las mismas se hallen en aquellas zonas más recónditas y escondidas de la caverna o cueva, en cambio, cuando las manifestaciones artísticas se disponen a la vista de todos se cree que es la consecuencia de la simple adopción del arte como una actividad más dentro de la vida cotidiana de aquellos tiempos.
En Francia, más precisamente en la cueva de Lascaux, y en la figura de la Venus de Willendorf, que se presume data del año 20.000 A.C. es donde mejor se encuentra expresado e inmortalizado esto que mencionamos líneas arriba, ya que en el primer caso de la cueva hay representaciones pintadas en carbón y pigmentos de figuras de toros, bisontes y de seres humanos disponiendo de elementos de caza, hecho que se interpreta como un fiel relato de la vida cotidiana del hombre de aquellos tiempos, y la Venus revela imagen de una mujer con grandes caderas y pechos que se supone simbolizaba la fertilidad de la fémina.
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